martes, 10 de abril de 2012

DIME DÓNDE..


Dime dónde va la fe
que se desploma cuando no te ve.
Dime dónde va el amor
si te vas, si te pierdo, dímelo.
Adónde irá a parar el desconsuelo
si te empieza a echar de menos, y
dime donde voy a ir, yo, sin ti.

Dime, dime,
que quiero saber donde voy a caer,
donde estás que no encuentro las alas del viento.
Dime, dime,
que quiero saber cómo puedo volver
a encender la luz, apagándome.

Dime dónde va la fe
cuando no queda nada que creer.

Dime dónde va el amor
cuando hay sentimientos que, sin ti, se mueren dentro.
Sin ganas de luchar
nace un credo, y siempre queda cerca un cielo…
Pero dime, si hay un credo para mí
si estoy sin ti.

 
Dime… Dios mío, ¿por qué me has abandonado?

ENAMORATE DE ÉL


Nada puede importar más que encontrar a Dios.
Es decir, enamorarse de Él de una manera definitiva y absoluta.
Aquello de lo que te enamoras atrapa tu imaginación,
y acaba por ir dejando su huella en todo.

Será lo que decida qué es lo que te saca de la cama en la mañana,
qué haces con tus atardeceres, en qué empleas tus fines de semana,
lo que lees, lo que conoces, lo que rompe tu corazón,
y lo que te sobrecoge de alegría y gratitud.
¡Enamórate! ¡Permanece en el amor!
Todo será de otra manera.

Enamórate de Aquel que es Amor.

SI YA NO LO RECUERDAS, NO TEMAS Y EMPIEZA A HABLAR BIEN DE ÉL



Si aun no lo ves, pronto lo verás,
todo un Dios enamorado de ti.
Habla bien de Él, que no mentirás,
todo lo hizo para hacerte feliz.
Lo que pasa es que el mundo no quiere escuchar,
no vaya a ser que vea, que entienda y se empape
de esta alegría que nos quiere regalar,
no vaya a ser que entienda, se convierta y se sane.
No temas a la luz, no temas a la paz,
no temas a la alegría no tengas miedo a ser feliz,
porque Él es el camino que se ha abierto para ti,
porque Él es el que es ahora puedes ser feliz.
No temas. Si aun no lo ves… pronto lo verás.

CUANDO PENSABAS QUE NO TE VEÍA...


Esto  es  para  que  lo medites  papá,  mamá,  porque    ambos  creen  que    no estoy  recibiendo   una  educacion  adecuada  en  la  escuela;   sin embargo   donde  mas  aprendo   es  en  la  casa  con    su  ejemplo;  por  eso...

Cuando pensabas que no te veía, te ví pegar mi primer dibujo al refrigerador, e inmediatamente quise pintar otro.

Cuando pensabas que no te veía, te vi arreglar y disponer de todo en nuestra casa para que fuese agradable vivir, pendiente de detalles, y entendí que las pequeñas cosas son las cosas especiales de la vida.
 
Cuando pensabas que no te veía, te escuché pedirle a Dios y supe que existía un Dios al que le podría yo hablar y en quien confiar.

Cuando pensabas que no te veía, te vi preocuparte por tus amigos sanos y enfermos y aprendí que todos debemos ayudarnos y cuidarnos unos a otros.
 
Cuando pensabas que no te veía, te vi dar tu tiempo y dinero para ayudar a personas que no tienen nada y aprendí que aquellos que tienen algo deben compartirlo con quienes no tienen.

Cuando pensabas que no te veía, te sentí darme un beso por la noche y me sentí amado y seguro.
 
Cuando pensabas que no te veía, te vi atender la casa y a todos los que vivimos en ella y aprendí a cuidar lo que se nos da.

Cuando pensabas que no te veía, vi como cumplías con tus responsabilidades aún cuando no te sentías bien, y aprendí que debo ser responsable cuando crezca.

Cuando pensabas que no te veía, ví lágrimas salir de tus ojos y aprendí que algunas veces las cosas duelen, y que está bien llorar.

Cuando pensabas que no te veía, ví que te importaba y quise ser todo lo que puedo llegar a ser.

Cuando pensabas que no te veía, aprendí casi todas las lecciones de la vida que necesito saber para ser una persona buena y productiva cuando crezca.

Cuando pensabas que no te veía, te ví y quise decir: ¡Gracias por todas las cosas que ví, cuando pensabas que no te veía!
 
“NO TE PREOCUPES PORQUE TUS HIJOS NO TE ESCUCHAN… TE OBSERVAN TODO EL DIA”.